El 5 de junio a las 7 de la mañana, el comando chileno envió como parlamentario, al mayor Juan de la Cruz Salvo , quien fue recibido por Bolognesi en su casa, al pie del Morro, donde en la actualidad se encuentra el Consulado peruano en Arica. El mayor le expresó a Bolognesi que el jefe del ejército de Chile quería evitar un inútil derramamiento de sangre, puesto que el grueso del ejército peruano-boliviano había ya sido vencido en Tacna. De la Cruz Salvo le dijo que tenía el encargo de pedir la rendición de la plaza, “cuyos recursos en hombres, víveres y municiones conocemos”.
“Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”, dijo Bolognesi al parlamentario chileno, sin embargo, le advirtió que esta respuesta era personal y que debía consultar con los otros oficiales.
“Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”, dijo Bolognesi al parlamentario chileno, sin embargo, le advirtió que esta respuesta era personal y que debía consultar con los otros oficiales.
La consulta se dió. Uno por uno contestaron por orden de graduación. Ni una voz discrepante se alzó. Los defensores de Arica dijeron: “Cuando menos sea nuestra fuerza, más animoso debe ser nuestro corazón”.
Carta de Ramón Zavala a un amigo
“… De todos modos tengo la seguridad de que si no triunfamos, que si los chilenos no reciben su castigo aquí, que si no hacemos de Arica un segundo Tarapacá, la defensa será de tal naturaleza, que nadie en el país desdeñará en reconocer en nosotros sus compatriotas, y que los neutrales no dejaran de reconocernos como los defensores de la honra e integridad de nuestra patria.
Arica, no se rinde, ni las banderas se despliegan para abandonar la plaza; por el contrario, resistirá tenaz y vigorosamente, y cuando la naturaleza cede, obedeciendo a leyes físicas, los invasores pondrán su planta en un suelo que está cubierto de cadáveres y regado por sangre peruana. Sus defensores prefieren la muerte a la deshonra; la gloria a una vida que les hubiera sido insoportable, sino hubieran aprovechado del último resto de ella para escarmentar al enemigo y levantar más alto el pabellón nacional.
“… De todos modos tengo la seguridad de que si no triunfamos, que si los chilenos no reciben su castigo aquí, que si no hacemos de Arica un segundo Tarapacá, la defensa será de tal naturaleza, que nadie en el país desdeñará en reconocer en nosotros sus compatriotas, y que los neutrales no dejaran de reconocernos como los defensores de la honra e integridad de nuestra patria.
Arica, no se rinde, ni las banderas se despliegan para abandonar la plaza; por el contrario, resistirá tenaz y vigorosamente, y cuando la naturaleza cede, obedeciendo a leyes físicas, los invasores pondrán su planta en un suelo que está cubierto de cadáveres y regado por sangre peruana. Sus defensores prefieren la muerte a la deshonra; la gloria a una vida que les hubiera sido insoportable, sino hubieran aprovechado del último resto de ella para escarmentar al enemigo y levantar más alto el pabellón nacional.
!!VIVA NUESTROS HÉROES QUE CON SUS VIDAS DEFENDIÓ NUESTRA PATRIA!!
Lamentablemente en nuestro país todo a cambiado los héroes son olvidados y ya no es ejemplo para los compatriotas
Ahora es todo lo contrario, reflexionar y seguir el ejemplo de nuestros héroes si queremos tener una patria digna de admiración por las conductas de sus ciudadanos.