EDUCAR EN POSITIVO.
Una nueva guía ayuda a los padres a educar a los hijos con disciplina,
pero sin castigos, a través del diálogo y la confianza.
Educar .- es
una de las tareas esenciales de los padres paciencia con ellos a la vez
que se ponen límites y normas, detectar posibles problemas de inseguridad,
establecer un diálogo continuo, crear un vínculo afectivo, solucionar
conflictos de manera pacífica, fijar sanciones proporcionadas y mantener una
comunicación asertiva. De este modo, se consigue educar en positivo a los
hijos, es decir, con disciplina, diálogo y confianza.
Algunas pautas:
1. Conocer a los hijos. Cada niño es
único, nunca se debe caer en las comparaciones con otros.
2. Proteger al bebé. Es
fundamental que los progenitores les transmitan afecto y atención para que
adquieran confianza y se sientan tranquilos.
3. Permitir que los pequeños exploren el
entorno. Hablarles y escucharles cuando ellos se expresen.
4. Paciencia, límites y normas. A partir
de los 3 años, llega el momento de "introducir normas de convivencia en
casa" y explicar a los hijos los motivos de estas normas. Los niños han de
saber que no siempre conseguirán todo lo que quieran, pero sin rabietas. El
autocontrol y la protección son dos enseñanzas básicas que deben transmitirles
los padres. Aunque se les pongan restricciones, siempre se estará a su lado.
5. Detectar problemas de inseguridad. De
los 6 a los 10 años, los niños son especialmente sensibles y vulnerables.
Su autoestima se
daña con facilidad y, por ello, hay que cuidar las críticas. Es importante
reconocerles lo que hacen bien y "estar atentos a síntomas de inseguridad,
se debe evitar que el niño vea estos errores como fracasos y debe sentirse
siempre apoyado.
6. Mucho diálogo en la
adolescencia. La adolescencia es
la etapa más complicada. Los amigos cobran importancia, se experimentan cambios
físicos, psicológicos y conductuales y son frecuentes los extremos (confianza
exagerada, vergüenza excesiva, terquedad, tranquilidad). Padres e hijos han de
pasar tiempo junto, mostrarse cariño y comprenderse mutuamente. Hay que
potenciar su autoestima.
7. Crear un vínculo afectivo. No hay que
tener miedo a expresar los sentimientos, al contrario.
8. Solucionar conflictos de manera
pacífica. Los gritos son enemigos del entendimiento. Siempre que surja un
conflicto, se debe resolver de manera tranquila, sin alterarse. Sobre todo, los
padres han de escuchar a los hijos, ponerse en su lugar, mantener un clima de
respeto y cordialidad y negociar con ellos las soluciones.
9. Sanciones. Las sanciones no tienen
que interpretarse como castigos, sino como herramientas para establecer
límites, aplicarse una vez más, sin enfadarse, sino con una actitud tranquila y
firme.
10. Comunicación asertiva. La claridad
debe ser una constante en los mensajes que se transmitan a los hijos, pero
además, hay que asegurarse de que estos los reciben. La relación ha de ser
cordial y establecerse siempre a partir del diálogo y no de la imposición, por
ninguna de las partes.
- También hay que formar a
los padres para que ellos puedan formar a sus hijos sobre todo con el ejemplo,
es más práctico y más directo, los hijos ven el comportamiento de sus
padres y siguen igual por ello que se deben apoyar en los colegios dando
charlas seminarios a los padres haciendo hincapié en la
práctica de la:
HONESTIDAD, VERACIDAD, PUNTUALIDAD, AMOR,
TRABAJO, EL RESPETO A LAS PERSONAS Y A LOS BIENES AJENOS.