ANTES DE HABLAR, PREGÚNTESE:
CUÁNDO: ¿Es el mejor momento?
QUÉ: ¿He escogido mis palabras con cuidado?
CÓMO: ¿Voy a hablar con amabilidad?

Es cierto que el sentido del humor les añade sabor a
nuestras conversaciones, pero debemos resistir la tentación de hacer reír a la
gente a costa de otros.
La Biblia nos aconseja que no usemos palabras ofensivas, sino animadoras, que ayuden a los demás.
La Biblia nos aconseja que no usemos palabras ofensivas, sino animadoras, que ayuden a los demás.